Hoy se ha largado Víctor de Twitter. Uno de esos compañeros que, pasito a pasito y siempre aportando de forma constructiva, se había hecho un lugar en mi timeline desde hace una década. Y no solo ahí. Tengo la gran suerte de considerarle como amigo y, haber podido compartir con él algunos momentos más allá de una red que ya no reconozco, en muchas ocasiones, como mía. No es solo que se haya hecho mayor. Es que, con tanto personaje inteligente, práctica educativa exitosa sin cuestionarse o, tipos que se dedican a evangelizar a los pingüinos desde su isla paradisíaca, a uno le da cada vez más asco pasarse por Twitter. Yo mismo en muchas ocasiones me he planteado largarme pero, al final me ha podido más el divertimento o las posibilidades de conocer a grandes personas, en muchas ocasiones poco afines a mi idea de educación, que me han abierto otra manera de ver las cosas. O, como mínimo, la posibilidad de debatirlas.

Fuente: http://educadores21.com/

Ahora uno de los "grandes" se nos va. De esos que empezaron con ilusión esto del 2.0 y que, al igual que muchos, nos creímos en un principio que esto iba de compartir o mejorar la educación. Por desgracia todo se ha convertido en un lugar inhóspito de plataforma de trinque y eduentertainment muy chapucero. Qué día tan gris que se ha quedado con lo bonito que pintaba el día. Mal mensaje recibido de alguien con el que voy a seguir compartiendo muchas cosas, visiones educativas convergentes y, en ocasiones, divergentes pero que, al final, me van a servir para saber que tengo una casa cerca del centro. Y espero que él sepa que tiene otra en el Mediterráneo. Creo que lo sabe perfectamente. Al igual que otros que he conocido por Twitter. Lo puramente educativo se ha convertido, en muchas ocasiones, en otra cosa. He hecho grandes amigos en Twitter. Espero seguir haciéndolos. La decisión de Víctor no me deja huérfano de amigo ni de orientador que sabe del tema. Deja huérfana a mucha gente que necesita oír que no todo es tan bonito como se nos pinta. Que debemos luchar por la educación que nos quieren quitar. Que no todo es espectáculo. Que hay momentos en los que el espectáculo sobra y la realidad debe ponerse encima del tapete. Eso es lo que nos gustaría a muchos. Bueno, por lo visto, al menos en Twitter, a cada vez menos. Muchos silencios cómplices. Mucho evitar el pisar callos. Mucho anonimato para defender unas posturas que deberían ser mostradas con independencia de qué se puede sacar o no.

Me quedo con Víctor. Twitter se lo pierde. Y ya no solo es eso. Perder esa voz en ese lugar hace que, a día de hoy algunos estemos más huérfanos que ayer. Joder, ¡ya te estoy echando de menos! Nos vemos, espero que en septiembre y seguimos fuera de Twitter. Un abrazo compañero.

Alguno de los que os pasáis por aquí a lo mejor no lo conocéis. Pues no sabéis cuánto lo siento por vosotros.