Cambio de Gobierno in extremis. Expulsión de unos para que otro, que hasta hace una semana ni en sus pensamientos más profundos, se veía como presidente del Gobierno, entre como tal. Una situación digna de esas películas en las que el argumento da giros insospechados. Ahora mucho trabajo. Y no, no hay tiempos muertos ni período de reflexión. Hay necesidad imperiosa de tomar determinadas medidas. Entre ellas algunas que reclamamos con urgencia docentes, alumnos y padres. Estamos en junio y en septiembre se tienen que haber tomado determinadas medidas. Bueno, eso en caso que se quiera mejorar la educación. En caso de no quererse, alargar plazos y demás, ya estamos acostumbrados a justificaciones variopintas para no hacer nada pero, ¿por qué no ser optimistas aunque en el pasado nos hayan defraudado unos y otros? Ya, lo sé. Es muy poco lógico ser optimista pero, por favor, permitidme por una de esas escasas ocasiones que lo sea aunque me fíe, en un grado no muy alto, de las posibilidades de ver ciertas cosas...

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La primera medida sería derogar el Decreto funesto, que empeoró las condiciones laborales de los docentes y las condiciones en las que los alumnos reciben clase, hasta extremos insostenibles. Eso de coger la gripe por estar trabajando con alumnos (que te lo pegan todo) y que te descuenten cerca de trescientos euros, no es de recibo. Tampoco la subida de ratios o la no sustitución de los docentes enfermos hasta, con suerte, los catorce días. También lo de la subida de la jornada laboral va en el pack. Medidas que solo han servido para empeorar las condiciones en las que se da y recibe clase. Algo que nunca puede estar relacionado con el ahorro porque, al final, estos ahorros se convierten en un gasto para el mañana. No es lo mismo el coste para tratar un carcinoma en estadio uno que en estadio cuatro y, por desgracia, hay algunos que no saben extrapolar lo anterior a la educación.

Una revisión de las infraestructuras educativas se hace imprescindible. Hay edificios que están prácticamente en ruinas, con instalaciones eléctricas que no cumplen los mínimos criterios de seguridad, dotaciones del siglo XIX y, con alumnos que se mojan cuando llueve y se hielan en épocas invernales. Ahora es un buen momento para empezar a intervenir en lo anterios. Y no estoy hablando de planes a largo plazo. Estoy hablando de intervenciones urgentes sobre edificios e instalaciones de hoy para hoy.

Inversión en planes de ayuda a los alumnos que lo necesiten (por abajo o por arriba), rediseño de los currículums sin entrar directamente en el abordaje de un cambio legislativo (llevamos demasiados y no es prioritario salvo que se quiera vender cara a la galería porque, la pésima LOMCE, puede modificarse y ya hablaremos en un futuro de su abolición y de hacer una ley validada por los profesionales educativos), cambio del modelo educativo para potenciar la FP sin vendernos a un modelo dual que solo acaba beneficiando a las empresas, establecimiento de un sistema de acceso a la docencia mucho más coherente y justo (el de ahora es de los más justos pero, una vez pasado un tipo test inicial sobre el contenido de la materia a impartir -necesario e imprescindible-, debe hacerse una valoración de cómo se desenvuelve uno en el aula). ¿Por qué no empezamos también a diseñar un modelo de carrera profesional para los docentes? Tampoco sería tan caro si se hace bien y, sinceramente, incentivarían las ganas de hacer las cosas. Reducción de burocracia, gestión eficaz de un modelo de materiales libres puestos a libre disposición de los centros educativos (más barato que subvencionar a las editoriales con cientos de millones de euros cada año) y, ya de paso, ponerse a mejorar la formación del profesorado que, hoy en día, es entre mala y peor salvo honrosas excepciones.

Inspección educativa eficaz alejada de la politización del servicio. Proyectos de entorno que permitan una verdadera autonomía de los centros. Eliminación de cualquier posibilidad de selección del profesorado mediante métodos que incumplan la transparencia, el control y el rigor en todos los centros educativos sostenidos con dinero público. Sí, he dicho en todos. En un futuro el abordaje del modelo privado subvencionado con dinero público (conciertos) también es algo que conviene ponerse encima de la mesa pero, por ahora, al igual que la eliminación de la religión, no son temas prioritarios. Cuando hablo de prioritarios hablo para el ayer. Y ya sabéis qué pienso de lo anterior pero conviene poner un poco de sentido común y tampoco ponerse a entrar como elefantes en cacharrería.

Lo de la selección de los asesores del/de la nuevo/a MInistro/a de Educación también es algo que debería alejarse de la política y buscar a gente válida incluso que no sean de tu partido. Otra cuestión es el/la ministrable que tampoco no hace falta que sea del ramo. Uno puede ser muy buen gestor político si se sabe rodear bien. Mejor esto que ser docente y no tener ni idea de gestión porque, esto algunos ya lo hemos vivido. Ser docente no es sinónimo de saber gestionar bien la educación. A ver si nos enteramos del asunto porque, yendo centro a centro, uno puede ser muy buen docente de una asignatura, querido por los alumnos y eficaz en la transmisión/guía de saberes pero un negado si se pone en el equipo directivo.

Y ya con tiempo nos ponemos a reorganizar la necesidad de un centro de educación a distancia (para etapas obligatorias de alumnos mayores de dieciséis) a nivel nacional con aportes de todas las Comunidades, una plataforma de gestión de alumnos que funcione, una plataforma para docentes clara y donde, en todo momento puedan consultarse los datos profesionales de uno y, por qué no, un servicio de formación del profesorado que funcione para poder dar cierta formación en formato semipresencial (o sin el semi) con contenidos y tutores de calidad sin acudir a esos MOOC que solo tienen un objetivo: el ahorro. Un ahorro que debería estar desterrado de la ecuación porque, seamos sinceros, dejar de gastar un euro hoy nos obligará a gastar veinte mañana.

Claro que hay muchas más cosas en el tintero pero creo que, para empezar, no estaría mal...