Ayer fue uno de esos días en los que las noticias educativas que, por suerte, tienen poca o nula afección en el aula, poblaron los medios. Mezclado con lo anterior, alguien que habla de necesidades de formación para docentes sin sentido. Y eso que ayer se produjo la noticia que, quizá pasó muy desapercibida, del nombramiento de un Secretario de Estado de Educación, Alejandro Tiana, rector de la UNED, que tiene muchísima más importancia que todo lo anterior. Eso sí, por lo visto, no vende tanto saber o intuir qué políticas van a aplicarse en algo tan sensible como la educación y más otras cuestiones.

Fuente: Facebook

La primera noticia, muy Razonable y nada tendenciosa ni manipulada, es la que dice que estudiar en un colegio público bilingüe te hace más listo. No hace falta ser Einstein para determinar, vía antónimos nada forzados, que lo que también dice el titular es que estudiar en un colegio no bilingüe y no dar science en inglés te hace más tonto. Recordemos que la noticia está planteada desde lo que está sucediendo en la Comunidad de Madrid. Mejoría en inglés y auténtico desplome en los resultados de aquellos alumnos que no disponen de medios para poder pagar un repaso de inglés en condiciones. Ya si eso entramos en la necesidad de muchos docentes de priorizar el comer frente a la calidad de lo que ofrecen a sus alumnos. No comer si uno no se presta a ciertas cosas a nivel laboral tiene un nombre. Lo hablamos si queréis, pero creo que queda bastante claro. Un detalle, me interesa bucear en las declaraciones del Director General de Innovación de la CAM, Ismael Sanz, que dice textualmente "los alumnos de 4º de Primaria de los centros públicos bilingües están al mismo nivel en Lengua, Matemáticas y Ciencias que los concertados y los privados". Que un político que gestiona la educación madrileña diga esto es, como mínimo, para pedir su cabeza. Y no solo estoy hablando a nivel de pedir su dimisión. Lo estoy planteando desde la óptica de cesarle e impedirle en el futuro cualquier relación con la política educativa. Menos aún la que permite que cobre seis veces más que un docente de aula. Su nómina es pública y puede consultarse desde el portal de transparencia (enlace).

Relacionado con lo anterior podríamos seguir cagándonos en todo lo innombrable al ver que, otra vez más, una entidad bancaria monta un debate educativo sin contar con ningún docente de aula. Bueno, ya cuando ves que los ponentes son un jugador de tenis, alguien relacionado con el coaching (que ha hecho de ello su vida) o perfiles que, salvo excepciones, tienen nula relación con la realidad educativa, entiendes muy bien que todo lo que sucede tiene algún tipo de relación. Más aún la toma de ciertas decisiones educativas. No se trata de mejorar la educación, se trata de formar trabajadores dóciles y élites para que controlen a los anteriores. Eso sí, con mucho eduentertainment y circo social. Así, al menos, tenemos al personal bastante entretenido y no se pregunta ciertas cosas. No sea que a alguien le de por hacer ciertas cosas o, simplemente, pensarlas.

Vamos a seguir con lo de ayer porque no podía haber dos sin tres. El director de las pruebas PISA, reconvertido por un medio de comunicación en el "gurú PISA" nos va a vender su libro. Y se atreve a vendernos su receta del éxito educativo basado en unas pruebas que permiten deducir una cosa y su contraria. Bueno, no solo eso. Son pruebas que, de forma ilegal, se están pasando a muchos alumnos cuando no están incluidos dentro de ningún articulado legislativo. Ahora trincará por el libro, antes trincará por las pruebas. Y ya no es solo lo que pueda ganar o lo que gana; es por pretender dotar de valor a algo que no lo tiene, seguir unas líneas estrategias muy economicistas en el ámbito educativo y, como siempre, plantear las necesidades de los alumnos desde algo muy cuestionable como es el futuro laboral. Si queréis hablamos de alguna de las declaraciones de este tipo de gurús que avisan de la necesidad de formar a los alumnos de tres años para empleos que aún no existen pero que, seguramente, sí lo harán en un futuro. Viva el tarotismo. El problema es que algunos se lo creen.

Y ya si queréis nos alejamos de los medios y vamos a hablar de lo siguiente...

Fuente: Twitter

Si sumamos lo que nos bombardean mediáticamente, a determinadas formaciones que están recibiendo nuestros compañeros (en activo o futuros docentes), uno empieza a tener mucha necesidad del calimocho. No es para reírse que, curiosamente, en ningún momento se plantee el dominio de la asignatura, la capacidad de oratoria, el pensamiento crítico o la capacidad de adaptación al alumnado. Que para ser un docente debas dominar ABP, Flipped, gamificación o, ya lo más surrealista, neurociencia, dice muchas cosas. Más aún cuando sabes que la mayoría de lo que se engloba bajo el concepto "neuro" tiene mucho de marketing hecho para incautos. ¿Seremos los docentes tan incautos para caer en lo anterior? Pues vista la cantidad de chorradas que nos dicen y la poca cantidad de compañeros que se ciscan en lo anterior, se levantan de esas ponencias en las que les intentan vender la burra o, simplemente, elevan a los altares determinados personajes y modas educativas, creo que muchos han caído. El problema es que, al final, todo eso repercute sobre la calidad de la educación que damos a nuestros alumnos. Si ya cuesta dar clase, ¿os imagináis plantearse dar clase con determinadas premisas como las que plantea la imagen anterior?

Hoy tocaría sustituir café por un extra de calimocho. En mi caso no será posible por problemas de salud pero, si queréis vivir más felices, dadle un par de tragos. Bueno, o eso o no leáis nada sobre temas educativos porque, al final, uno se pone de muy mala leche al leer ciertas cosas.